Tú la pronunciarás: es tu
palabra: y tu palabra es la mía; palabra de honor : palabra de hombre: palabra
de rueda: palabra de molino: imprecación, propósito saludo, proyecto de vida,
filiación, recuerdo, voz de los desesperados liberación de los pobres, orden de
los poderosos, invitación a la riña y al trabajo, epígrafe del amor, signo del
nacimiento, amenaza y burla, verbo testigo, compañero de la fiesta y de la
borrachera, espada del valor, trono de la fuerza, colmillo de la marrullería,
blasón de la raza, salvavidas de los límites, resumen de la historia: santo y
seña de México: tu palabra:
-chingue a su madre
-hijo de la chingada
-aquí estamos los meros chingones
-déjate de chingaderas
-ahoritita me lo chingo
-ándale, chingaquedito
-no te dejes chingar
-me chingué a esa vieja
-chinga tú
-chingue usted
-chinga bien, sin ver a quién
-a chingar se ha dicho
-le chingué mil pesos
-chínguense aunque truenen
-chingaderitas las mías
-me chingó el jefe
-no me chingues el día
-vamos todos a la chingada
-me chingo pero no me rajo
-se chingaron al indio
-nos chingaron los gachupines
-me chingan los gringos
-viva México, jijos de su
rechingada:
Tristeza, madrugada, tostada,
tiznada, guayaba, el mal dormir: hijos de la palabra. Nacidos de la chingada,
vivos por pura chingadera: vientre y mortaja, escondidos en la chingada. Ella
da la cara, ella reparte la baraja, ella se juega el albur, ella arropa la
reticencia y el doble juego, ella descubre la pendencia y el valor, ella
embriaga, grita, sucumbe, vive en cada lecho, preside los fastos de la amistad,
del odio y del poder. Nuestra palabra. Tú y, miembros de esa masonería: la
orden de la chingada. Eres quien eres
porque supiste chingar y no te dejaste chingar; eres quien eres porque no
supiste chingar y te dejaste chingar: cadena de la chingada que nos aprisiona a
todos: eslabón arriba, eslabón abajo, unidos a todos los hijos de la chingada
que nos precedieron y nos seguirán: heredarás la chingada desde arriba; la
heredarás hacia abajo: eres hijo de los hijos de la chingada; serás padre de más
hijos de la chingada: nuestra palabra, detrás de cada rostro, de cada rostro,
de cada signo, de cada leperada: pinga de la chingada, verga de la chingada,
culo de la chingada: la chingada te hace los mandados, la chingada te desflema
el cuaresmeño, te chingas a la chingada,
la chingada te la pela, no tendrás madre, pero tendrás tu chingada: con la
chingada te llevas a toda madre, es tu cuatezón, tu carnal, tu manito, tu
vieja, tu peor-es-nada: la chingada: te truenas el esqueleto con la chingada;
te sientes a todo dar con la chingada, te pones un pedorrales de órdago con la
chingada, se te frunce el cutis con la chingada, pones los güevos por delante
con la chingada: no te rajas con la chingada: te prendes a la ubre de la
chingada:
¿A dónde vas con la chingada?
Oh misterio, oh engaño, oh
nostalgia: crees que con ella regresarás a los orígenes: ¿a cuáles orígenes? No
tú: nadie quiere regresar a la edad de oro mentirosa, a los orígenes
siniestros, al gruñido bestial, a la lucha por la carne del oso, por la cueva y
el pedernal, al sacrificio y a la locura, al terror sin nombre del origen, al
fetiche inmolado, al miedo del sol, miedo de la tormenta, miedo del eclipse,
miedo del fuego, miedo de las máscaras, terror de los ídolos, miedo de la
pubertad, miedo del agua, miedo del hambre, miedo del desamparo, terror
cósmico: chingada, pirámide de negaciones, teocalli del espanto
Oh misterio, oh engaño, oh
espejismo: crees que con él caminarás hacia delante, te afirmarás: ¿a cuál
futuro? No tú: nadie quiere caminar cargado de la maldición, de la sospecha, de
la frustración, del resentimiento, del odio de la envidia, del rencor, del
desprecio, de la inseguridad, de la miseria, del abuso, del insulto, de la
intimidación, del falso orgullo, del machismo, de la corrupción de tu chingada
chingada:
Déjala en el camino, asesínala
con armas que no sean las tuyas: matémosla: matemos esa palabra que nos separa,
nos petrifica, nos pudre con su doble veneno de ídolo y cruz: que no sea
nuestra respuesta ni nuestra fragilidad:
Ora, mientras ese cura te embarra
los labios, la nariz, los párpados, los brazos, las piernas, el sexo con la
unción final: ruega: que no sea nuestra respuesta ni nuestra fragilidad: la
chingada, hijos de la chingada, la chingada que envenena el amor, disuelve la
amistad, aplasta la ternura, la chingada que divide, la chingada que separa, la
chingada que destruye, la chingada que emponzoña: el coño erizado de serpientes
y metal de la madre de piedra, la chingada:
el eructo borracho del sacerdote en la pirámide, del señor en el trono,
del jerarca en la catedral: humo, España y Anáhuac, humo, abonos de la
chingada, mesetas de la chingada, sacrificios de la chingada, honores de la
chingada, esclavitudes de la chingada, templos de la chingada, lenguas de las
chingada: ¿a quién chingarás hoy, para existir?, ¿a quién mañana? ¿a quien
chingarás: usarás?: los hijos de la chingada son estos objetos, estos seres que
tú convertirás en objetos de tu uso, tu placer, tu dominación, tu desprecio, tu
victoria, tu vida: el hijo de la chingada es una cosa que tú usas: peor es nada
Te fatigas
No la vences
Oyes los murmullos de las otras
oraciones que no escuchan tu propia oración: que no sea nuestra respuesta ni
nuestra fatalidad: lávate de la chingada:
Te fatigas
No la vences
La has acarreado durante toda tu
vida: esa cosa: eres un hijo de la chingada
Del ultraje que lavaste
ultrajando a otros hombres
Del olvido que necesitas para
recordar
De esa cadena sin fin de nuestra
injusticia
Te fatigas
Me fatigas; me vences; me obligas
a descender contigo a ese infierno; quieres recordar otras cosas, no eso: me
obligas a olvidar que las cosas serán, nunca que son, nunca que fueron: me
vences con la chingada
Te fatigas
Reposa
Sueña con tu inocencia
Di que intentaste, que tratarás:
que un día la violación te pagará con la misma moneda, te devolverá su otra
cara: cuando quieras ultrajar como joven lo que debías agradecer como viejo: el
día en que te darás cuenta de algo, del fin de algo: un día en que amanecerás
-te venzo- y te verás al espejo y verás, al fin, que habrás dejado algo atrás:
lo recordarás: el primer día sin juventud, primer día de un nuevo tiempo:
fíjalo, lo fijarás, como una estatua, para poder verlo en redondo: apartarás
las cortinas para que entre una brisa temprana: ah, cómo te llenará, ah, te
hará olvidar ese olor de incienso, ese olor que te persigue, ah, cómo te
limpiará: no te permitirá insinuar siquiera la duda: no te conducirá al filo de
esa primera duda
Carlos Fuentes
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