:: besaré la textura de tu piel mientras recorra las esquinas de tus sueños y me embriague de la luz de tus constelaciones ::
martes, 27 de septiembre de 2011
lunes, 26 de septiembre de 2011
Bíblico También / Federico Hernández Aguilar
Usted quédese amando al prójimo
A mí la que me gusta es la prójima
Toda próxima
la prójima me gusta más porque sonríe
porque quiere y no quiere con los ojos
porque se aprieta el pecho con soltura
y cierra las piernas con codicia
Usted quédese amando al prójimo
Yo prefiero a la prójima que mira
que sabe que toca que prueba
samaritana
magdalena
repentina
la sin piedras
la de nunca por si acaso
la que enseña a dudar de verdad
en salones repletos de prójimos
Quédese pues
usted
amando al prójimo
que yo seguiré a la prójima
prófuga
próxima
pródiga
A mí la que me gusta es la prójima
Toda próxima
la prójima me gusta más porque sonríe
porque quiere y no quiere con los ojos
porque se aprieta el pecho con soltura
y cierra las piernas con codicia
Usted quédese amando al prójimo
Yo prefiero a la prójima que mira
que sabe que toca que prueba
samaritana
magdalena
repentina
la sin piedras
la de nunca por si acaso
la que enseña a dudar de verdad
en salones repletos de prójimos
Quédese pues
usted
amando al prójimo
que yo seguiré a la prójima
prófuga
próxima
pródiga
Todas las canciones hablan de mí...
He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se le puede hacer. Puede resultar doloroso, pero no tiene porque ser una tragedia. Si uno no dejase nunca a nada ni a nadie no tendría espacio para lo nuevo. Evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo… Cada día debería tener al menos una infidelidad esencial, una traición necesaria, se trataría de un acto optimista… esperanzador… que garantizaría la fé en el futuro… una afirmación de que las cosas no pueden ser solo diferentes… sino mejores…
viernes, 23 de septiembre de 2011
James Blake / Essential Mix
= James Blake - Essential Mix =
[00:00] 01. Essential Mix – Intro
[03:44] 02. Erik Satie – Gnossienne No. 5
[07:12] 03. James Blake – Olivia Kept
[13:16] 04. James Blake vs. Drake – Half Heat Full vs. Up All Night
[17:15] 05. James Blake – Pan
[18:51] 06. SALEM – Trapdoor
[23:18] 07. Snoop Dogg – Drop It Like It’s Not (Harmonimix)
[25:01] 08. ID – ID
[27:15] 09. Klaus – Tarry
[28:19] 10. D’Angelo – One Mo’ Gin
[33:33] 11. Joy O – Sicko Cell
[36:02] 12. Blawan – What You Do With What You Have
[39:44] 13. James Blake – No More Than A Road (Dub)
[41:56] 14. James Blake – At Birth (Dub)
[45:48] 15. The Chain – Suffer For Your Art
[52:27] 16. Peverelist – Roll With The Punches (Harmonimix)
[55:56] 17. ID – Navigator
[58:44] 18. Outkast – Return Of The G
[61:45] 19. Africa HiTech – Out In The Street
[64:42] 20. DJ Nate – 3 Peat
[66:21] 21. James Blake – Deeds
[68:25] 22. Gavin Bryars – Three Elegies for Nine Clarinets II
[72:12] 23. Gavin Bryars – Three Elegies for Nine Clarinets III
[78:14] 24. Johann Johannsson – Odi Et Amo
[82:29] 25. Grouper – Vessel
[86:16] 26. James Blake – ID
[88:15] 27. James Blake – ID
[90:27] 28. ID – What Was It?
[92:55] 29. The Tallest Man On Earth – Love Is All
[97:07] 30. SALEM – Redlights
[100:02] 31. Rev. James Cleveland – Jesus Saves
[103:54] 32. Trim – Confidence Boost (Harmonimix)
[107:44] 33. James Blake – Evening Fell Hard For Us
[110:37] 34. James Blake – Placing Us
[114:30] 35. James Blake – Words We Both Know
[115:29] 36. Arthur Russell – Love Comes Back
[117:53] 37. Stevie Wonder – You & I
[03:44] 02. Erik Satie – Gnossienne No. 5
[07:12] 03. James Blake – Olivia Kept
[13:16] 04. James Blake vs. Drake – Half Heat Full vs. Up All Night
[17:15] 05. James Blake – Pan
[18:51] 06. SALEM – Trapdoor
[23:18] 07. Snoop Dogg – Drop It Like It’s Not (Harmonimix)
[25:01] 08. ID – ID
[27:15] 09. Klaus – Tarry
[28:19] 10. D’Angelo – One Mo’ Gin
[33:33] 11. Joy O – Sicko Cell
[36:02] 12. Blawan – What You Do With What You Have
[39:44] 13. James Blake – No More Than A Road (Dub)
[41:56] 14. James Blake – At Birth (Dub)
[45:48] 15. The Chain – Suffer For Your Art
[52:27] 16. Peverelist – Roll With The Punches (Harmonimix)
[55:56] 17. ID – Navigator
[58:44] 18. Outkast – Return Of The G
[61:45] 19. Africa HiTech – Out In The Street
[64:42] 20. DJ Nate – 3 Peat
[66:21] 21. James Blake – Deeds
[68:25] 22. Gavin Bryars – Three Elegies for Nine Clarinets II
[72:12] 23. Gavin Bryars – Three Elegies for Nine Clarinets III
[78:14] 24. Johann Johannsson – Odi Et Amo
[82:29] 25. Grouper – Vessel
[86:16] 26. James Blake – ID
[88:15] 27. James Blake – ID
[90:27] 28. ID – What Was It?
[92:55] 29. The Tallest Man On Earth – Love Is All
[97:07] 30. SALEM – Redlights
[100:02] 31. Rev. James Cleveland – Jesus Saves
[103:54] 32. Trim – Confidence Boost (Harmonimix)
[107:44] 33. James Blake – Evening Fell Hard For Us
[110:37] 34. James Blake – Placing Us
[114:30] 35. James Blake – Words We Both Know
[115:29] 36. Arthur Russell – Love Comes Back
[117:53] 37. Stevie Wonder – You & I
miércoles, 21 de septiembre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
sábado, 17 de septiembre de 2011
jueves, 15 de septiembre de 2011
lunes, 12 de septiembre de 2011
domingo, 11 de septiembre de 2011
sábado, 10 de septiembre de 2011
¿Puedo pedírtelo todo?
” Quiero decir que no puedo ser
absolutamente leal, no está dentro de lo que soy capaz. Me gustan las mujeres,
o la vida, demasiado… no sé cuál de las dos cosas. Pero ríe, Anaïs. Me
encantaría oírte reír. Eres la única mujer que tiene un sentido de la alegría,
una sabia tolerancia; no, es más, parece que me instas a que te traicione. Por
eso te amo. Y ¿qué es lo que te lleva a hacer eso, el amor? Es hermoso amar y
ser libre al mismo tiempo.
No sé lo que espero de ti, pero
es algo parecido a un milagro. Te voy a exigir todo, hasta lo imposible, porque
me animas a ello. Eres realmente fuerte. Me gusta incluso tu engaño, tu
traición. Me parece aristocrático (¿suena inapropiada la palabra aristocrático
en mi boca?).
Sí, Anaïs, pensaba en como
traicionarte, pero no puedo. Te deseo. Quiero desnudarte, vulgarizarte un poco…
no sé, ay, lo que me digo. Estoy un poco bebido porque tú no te encuentras
aquí. Me gustaría dar una palmada y voila, ¡Anaïs! Quiero que seas mía, usarte,
follarte, enseñarte cosas. No, no siento aprecio por ti, ¡no lo permita Dios!
Tal vez quiera hasta humillarte un poco, ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué no me
arrodillo ante ti y te adoro? No puedo, te amo alegremente ¿te gusta eso? Y
querida Anaïs, soy tantas cosas. Ves solamente las cosas buenas ahora, o al
menos eso es lo que me haces creer. Quiero tenerte al menos un día entero
conmigo. Quiero ir a sitios contigo, poseerte. No sabes lo insaciable que soy,
ni lo miserable, además de egoísta.
Me he portado bien contigo. Pero
te advierto, no soy ningún ángel. Pienso principalmente que estoy un poco
borracho. Me voy a la cama; resulta demasiado doloroso permanecer despierto.
Soy insaciable. Te pediré que hagas lo imposible. No sé lo que es.
Probablemente tú me lo dirás. Eres más rápida que yo. Me encanta tu coño, Anaïs,
me vuelve loco. Y tu manera de pronunciar mi nombre. ¡Dios mío, parece irreal!
Escucha, estoy muy ebrio. No soporto estar aquí solo. Te necesito. ¿Puedo
pedírtelo todo? Puedo ¿verdad? Ven enseguida y fóllame. Descarga conmigo.
Rodéame con las piernas. Caliéntame.”
viernes, 9 de septiembre de 2011
Chingada
Tú la pronunciarás: es tu
palabra: y tu palabra es la mía; palabra de honor : palabra de hombre: palabra
de rueda: palabra de molino: imprecación, propósito saludo, proyecto de vida,
filiación, recuerdo, voz de los desesperados liberación de los pobres, orden de
los poderosos, invitación a la riña y al trabajo, epígrafe del amor, signo del
nacimiento, amenaza y burla, verbo testigo, compañero de la fiesta y de la
borrachera, espada del valor, trono de la fuerza, colmillo de la marrullería,
blasón de la raza, salvavidas de los límites, resumen de la historia: santo y
seña de México: tu palabra:
-chingue a su madre
-hijo de la chingada
-aquí estamos los meros chingones
-déjate de chingaderas
-ahoritita me lo chingo
-ándale, chingaquedito
-no te dejes chingar
-me chingué a esa vieja
-chinga tú
-chingue usted
-chinga bien, sin ver a quién
-a chingar se ha dicho
-le chingué mil pesos
-chínguense aunque truenen
-chingaderitas las mías
-me chingó el jefe
-no me chingues el día
-vamos todos a la chingada
-me chingo pero no me rajo
-se chingaron al indio
-nos chingaron los gachupines
-me chingan los gringos
-viva México, jijos de su
rechingada:
Tristeza, madrugada, tostada,
tiznada, guayaba, el mal dormir: hijos de la palabra. Nacidos de la chingada,
vivos por pura chingadera: vientre y mortaja, escondidos en la chingada. Ella
da la cara, ella reparte la baraja, ella se juega el albur, ella arropa la
reticencia y el doble juego, ella descubre la pendencia y el valor, ella
embriaga, grita, sucumbe, vive en cada lecho, preside los fastos de la amistad,
del odio y del poder. Nuestra palabra. Tú y, miembros de esa masonería: la
orden de la chingada. Eres quien eres
porque supiste chingar y no te dejaste chingar; eres quien eres porque no
supiste chingar y te dejaste chingar: cadena de la chingada que nos aprisiona a
todos: eslabón arriba, eslabón abajo, unidos a todos los hijos de la chingada
que nos precedieron y nos seguirán: heredarás la chingada desde arriba; la
heredarás hacia abajo: eres hijo de los hijos de la chingada; serás padre de más
hijos de la chingada: nuestra palabra, detrás de cada rostro, de cada rostro,
de cada signo, de cada leperada: pinga de la chingada, verga de la chingada,
culo de la chingada: la chingada te hace los mandados, la chingada te desflema
el cuaresmeño, te chingas a la chingada,
la chingada te la pela, no tendrás madre, pero tendrás tu chingada: con la
chingada te llevas a toda madre, es tu cuatezón, tu carnal, tu manito, tu
vieja, tu peor-es-nada: la chingada: te truenas el esqueleto con la chingada;
te sientes a todo dar con la chingada, te pones un pedorrales de órdago con la
chingada, se te frunce el cutis con la chingada, pones los güevos por delante
con la chingada: no te rajas con la chingada: te prendes a la ubre de la
chingada:
¿A dónde vas con la chingada?
Oh misterio, oh engaño, oh
nostalgia: crees que con ella regresarás a los orígenes: ¿a cuáles orígenes? No
tú: nadie quiere regresar a la edad de oro mentirosa, a los orígenes
siniestros, al gruñido bestial, a la lucha por la carne del oso, por la cueva y
el pedernal, al sacrificio y a la locura, al terror sin nombre del origen, al
fetiche inmolado, al miedo del sol, miedo de la tormenta, miedo del eclipse,
miedo del fuego, miedo de las máscaras, terror de los ídolos, miedo de la
pubertad, miedo del agua, miedo del hambre, miedo del desamparo, terror
cósmico: chingada, pirámide de negaciones, teocalli del espanto
Oh misterio, oh engaño, oh
espejismo: crees que con él caminarás hacia delante, te afirmarás: ¿a cuál
futuro? No tú: nadie quiere caminar cargado de la maldición, de la sospecha, de
la frustración, del resentimiento, del odio de la envidia, del rencor, del
desprecio, de la inseguridad, de la miseria, del abuso, del insulto, de la
intimidación, del falso orgullo, del machismo, de la corrupción de tu chingada
chingada:
Déjala en el camino, asesínala
con armas que no sean las tuyas: matémosla: matemos esa palabra que nos separa,
nos petrifica, nos pudre con su doble veneno de ídolo y cruz: que no sea
nuestra respuesta ni nuestra fragilidad:
Ora, mientras ese cura te embarra
los labios, la nariz, los párpados, los brazos, las piernas, el sexo con la
unción final: ruega: que no sea nuestra respuesta ni nuestra fragilidad: la
chingada, hijos de la chingada, la chingada que envenena el amor, disuelve la
amistad, aplasta la ternura, la chingada que divide, la chingada que separa, la
chingada que destruye, la chingada que emponzoña: el coño erizado de serpientes
y metal de la madre de piedra, la chingada:
el eructo borracho del sacerdote en la pirámide, del señor en el trono,
del jerarca en la catedral: humo, España y Anáhuac, humo, abonos de la
chingada, mesetas de la chingada, sacrificios de la chingada, honores de la
chingada, esclavitudes de la chingada, templos de la chingada, lenguas de las
chingada: ¿a quién chingarás hoy, para existir?, ¿a quién mañana? ¿a quien
chingarás: usarás?: los hijos de la chingada son estos objetos, estos seres que
tú convertirás en objetos de tu uso, tu placer, tu dominación, tu desprecio, tu
victoria, tu vida: el hijo de la chingada es una cosa que tú usas: peor es nada
Te fatigas
No la vences
Oyes los murmullos de las otras
oraciones que no escuchan tu propia oración: que no sea nuestra respuesta ni
nuestra fatalidad: lávate de la chingada:
Te fatigas
No la vences
La has acarreado durante toda tu
vida: esa cosa: eres un hijo de la chingada
Del ultraje que lavaste
ultrajando a otros hombres
Del olvido que necesitas para
recordar
De esa cadena sin fin de nuestra
injusticia
Te fatigas
Me fatigas; me vences; me obligas
a descender contigo a ese infierno; quieres recordar otras cosas, no eso: me
obligas a olvidar que las cosas serán, nunca que son, nunca que fueron: me
vences con la chingada
Te fatigas
Reposa
Sueña con tu inocencia
Di que intentaste, que tratarás:
que un día la violación te pagará con la misma moneda, te devolverá su otra
cara: cuando quieras ultrajar como joven lo que debías agradecer como viejo: el
día en que te darás cuenta de algo, del fin de algo: un día en que amanecerás
-te venzo- y te verás al espejo y verás, al fin, que habrás dejado algo atrás:
lo recordarás: el primer día sin juventud, primer día de un nuevo tiempo:
fíjalo, lo fijarás, como una estatua, para poder verlo en redondo: apartarás
las cortinas para que entre una brisa temprana: ah, cómo te llenará, ah, te
hará olvidar ese olor de incienso, ese olor que te persigue, ah, cómo te
limpiará: no te permitirá insinuar siquiera la duda: no te conducirá al filo de
esa primera duda
Carlos Fuentes
El `Factor Dios´ / José Saramago
En algún lugar de la India. Una fila de piezas de artillería en posición.
Atado a la boca de cada una de ellas hay un hombre. En primer plano de la
fotografía, un oficial británico levanta la espada y va a dar orden de disparar.
No disponemos de imágenes del efecto de los disparos, pero hasta la más obtusa
de las imaginaciones podrá 'ver' cabezas y troncos dispersos por el campo de
tiro, restos sanguinolentos, vísceras, miembros amputados. Los hombres eran
rebeldes. En algún lugar de Angola. Dos soldados portugueses levantan por los
brazos a un negro que quizá no esté muerto, otro soldado empuña un machete y se
prepara para separar la cabeza del cuerpo. Esta es la primera fotografía. En la
segunda, esta vez hay una segunda fotografía, la cabeza ya ha sido cortada, está
clavada en un palo, y los soldados se ríen. El negro era un guerrillero. En
algún lugar de Israel. Mientras algunos soldados israelíes inmovilizan a un
palestino, otro militar le parte a martillazos los huesos de la mano derecha. El
palestino había tirado piedras. Estados Unidos de América del Norte, ciudad de
Nueva York. Dos aviones comerciales norteamericanos, secuestrados por
terroristas relacionados con el integrismo islámico, se lanzan contra las torres
del World Trade Center y las derriban. Por el mismo procedimiento un tercer
avión causa daños enormes en el edificio del Pentágono, sede del poder bélico de
Estados Unidos. Los muertos, enterrados entre los escombros, reducidos a
migajas, volatilizados, se cuentan por millares.
Las fotografías de India, de
Angola y de Israel nos lanzan el horror a la cara, las víctimas se nos muestran
en el mismo momento de la tortura, de la agónica expectativa, de la muerte
abyecta. En Nueva York, todo pareció irreal al principio, un episodio repetido y
sin novedad de una catástrofe cinematográfica más, realmente arrebatadora por el
grado de ilusión conseguido por el técnico de efectos especiales, pero limpio de
estertores, de chorros de sangre, de carnes aplastadas, de huesos triturados, de
mierda. El horror, escondido como un animal inmundo, esperó a que saliésemos de
la estupefacción para saltarnos a la garganta. El horror dijo por primera vez
'aquí estoy' cuando aquellas personas se lanzaron al vacío como si acabasen de
escoger una muerte que fuese suya. Ahora, el horror aparecerá a cada instante al
remover una piedra, un trozo de pared, una chapa de aluminio retorcida, y será
una cabeza irreconocible, un brazo, una pierna, un abdomen deshecho, un tórax
aplastado. Pero hasta esto mismo es repetitivo y monótono, en cierto modo ya
conocido por las imágenes que nos llegaron de aquella Ruanda-
de-un-millón-de-muertos, de aquel Vietnam cocido a napalm, de aquellas
ejecuciones en estadios llenos de gente, de aquellos linchamientos y
apaleamientos, de aquellos soldados iraquíes sepultados vivos bajo toneladas de
arena, de aquellas bombas atómicas que arrasaron y calcinaron Hiroshima y
Nagasaki, de aquellos crematorios nazis vomitando cenizas, de aquellos camiones
para retirar cadáveres como si se tratase de basura. Siempre tendremos que morir
de algo, pero ya se ha perdido la cuenta de los seres humanos muertos de las
peores maneras que los humanos han sido capaces de inventar. Una de ellas, la
más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón, es aquella
que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones, manda matar en
nombre de Dios. Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción,
nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el
contrario, han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de
matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno
de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana. Al menos en
señal de respeto por la vida, deberíamos tener el valor de proclamar en todas
las circunstancias esta verdad evidente y demostrable, pero la mayoría de los
creyentes de cualquier religión no sólo fingen ignorarlo, sino que se yerguen
iracundos e intolerantes contra aquellos para quienes Dios no es más que un
nombre, nada más que un nombre, el nombre que, por miedo a morir, le pusimos un
día y que vendría a dificultar nuestro paso a una humanización real. A cambio
nos prometía paraísos y nos amenazaba con infiernos, tan falsos los unos como
los otros, insultos descarados a una inteligencia y a un sentido común que tanto
trabajo nos costó conseguir. Dice Nietzsche que todo estaría permitido si Dios
no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y en nombre de Dios es
por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente lo peor,
principalmente lo más horrendo y cruel. Durante siglos, la Inquisición fue,
también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a
interpretar perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de
quien en ellos decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y
el Estado contra la libertad de conciencia y contra el más humano de los
derechos: el derecho a decir no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger
otra cosa, que sólo eso es lo que la palabra herejía significa.
Y, con todo, Dios es inocente. Inocente como algo que no existe, que no
ha existido ni existirá nunca, inocente de haber creado un universo entero para
colocar en él seres capaces de cometer los mayores crímenes para luego
justificarlos diciendo que son celebraciones de su poder y de su gloria,
mientras los muertos se van acumulando, estos de las torres gemelas de Nueva
York, y todos los demás que, en nombre de un Dios convertido en asesino por la
voluntad y por la acción de los hombres, han cubierto e insisten en cubrir de
terror y sangre las páginas de la Historia. Los dioses, pienso yo, sólo existen
en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que
los ha inventado, pero el `factor Dios´, ese, está presente en la vida como si
efectivamente fuese dueño y señor de ella. No es un dios, sino el `factor Dios´
el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden
para América (la de Estados Unidos, no la otra...) la bendición divina. Y fue en
el `factor Dios´ en lo que se transformó el dios islámico que lanzó contra las
torres del World Trade Center los aviones de la revuelta contra los desprecios y
de la venganza contra las humillaciones. Se dirá que un dios se dedicó a sembrar
vientos y que otro dios responde ahora con tempestades. Es posible, y quizá sea
cierto. Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el `factor
Dios´, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera
que estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el
pensamiento y abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no
respeta sino aquello en lo que manda creer, el que después de presumir de haber
hecho de la bestia un hombre acabó por hacer del hombre una bestia.
Al lector creyente (de cualquier creencia...) que haya conseguido
soportar la repugnancia que probablemente le inspiren estas palabras, no le pido
que se pase al ateísmo de quien las ha escrito. Simplemente le ruego que
comprenda, con el sentimiento, si no puede ser con la razón, que, si hay Dios,
hay un solo Dios, y que, en su relación con él, lo que menos importa es el
nombre que le han enseñado a darle. Y que desconfíe del `factor Dios´. No le
faltan enemigos al espíritu humano, mas ese es uno de los más pertinaces y
corrosivos. Como ha quedado demostrado y desgraciadamente seguirá demostrándose.
Canción de la Búsqueda / José Ángel Buesa
Todavía te busco, mujer que busco en vano,
mujer que tantas veces cruzaste mi sendero,
sin alcanzarte nunca cuando extendí la mano
y sin que me escucharas cuando dije: «te quiero...»
Y, sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa.
Y ya llega el otoño, y espero todavía:
De lo que fue una hoguera sólo queda una brasa,
pero sigo soñando que he de encontrarte un día.
Y quizás, en la sombra de mi esperanza ciega,
si al fin te encuentro un día, me sentiré cobarde,
al comprender, de pronto, que lo que nunca llega
nos entristece menos que lo que llega tarde.
Y sentiré en el fondo de mis manos vacías,
más allá de la bruma de mis ojos huraños,
la ansiedad de las horas convirtiéndose en días
y el horror de los días convirtiéndose en años...
Pues quizás esté mustia tu frente soñadora,
ya sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella...
Y al no decir: «¡Es ella!» —como diría ahora—
seguiré mi camino, murmurando: «Era ella...»
mujer que tantas veces cruzaste mi sendero,
sin alcanzarte nunca cuando extendí la mano
y sin que me escucharas cuando dije: «te quiero...»
Y, sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa.
Y ya llega el otoño, y espero todavía:
De lo que fue una hoguera sólo queda una brasa,
pero sigo soñando que he de encontrarte un día.
Y quizás, en la sombra de mi esperanza ciega,
si al fin te encuentro un día, me sentiré cobarde,
al comprender, de pronto, que lo que nunca llega
nos entristece menos que lo que llega tarde.
Y sentiré en el fondo de mis manos vacías,
más allá de la bruma de mis ojos huraños,
la ansiedad de las horas convirtiéndose en días
y el horror de los días convirtiéndose en años...
Pues quizás esté mustia tu frente soñadora,
ya sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella...
Y al no decir: «¡Es ella!» —como diría ahora—
seguiré mi camino, murmurando: «Era ella...»
jueves, 8 de septiembre de 2011
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